
(Por Christopher Caile. Traducido por Enrique Muñiz)
LAS CADENAS DE UN MAESTRO
Ser "maestro" tiene su precio. De hecho siento, a menudo, compasión por aquellos que han adoptado ese título. Hay maestros de sus artes, ciertamente. Respeto profundamente a aquellos que han comprometido su vida en el estudio y perfeccionamiento de su arte. Pero, desgraciadamente, el término "maestro” ha perdido mucha de su importancia, ahora hay muchos sujetos con experiencia dudosa o muy pocos años de estudio que han adoptado la palabra maestro como una herramienta del “mercado” o, peor, como una “muleta” para poder sostener su egoísmo (pero éste debe ser un asunto de otro artículo). Puedo entender el motivo para llamarse "maestro”, sobre todo si usted no está afiliado a una gran organización de artes marciales (que controle los grados) y esté luchando por ganar estudiantes en un mercado atestado. Es cierto que una graduación alta y el término maestro "vende” credibilidad entre los legos y que esto puede traducirse en nuevos estudiantes y dinero. El problema es que ser maestro implica que usted ha perfeccionado su arte (algo que normalmente le toma de 30 a 50 años de práctica especializada). No es un mundo para quienes se auto-titulan 9° o 10° Dan con 20 o 30 años de práctica dudosa. Al adoptar ese título demasiado pronto, quienes se proclaman como tales se auto-imponen cadenas, algo que, a menudo, retrasa y condiciona el aprendizaje, lo que produce una merma en la habilidad y el potencial. El crecimiento se detiene. Incluso es raro ver a cualquier cuarto dan en adelante estudiar algún otro arte marcial, asistiendo a seminarios o talleres. Usted casi nunca ve a maestros. Ellos se suponen que ser maestros es dejar de ser estudiantes. Este problema incluso se extiende a estudiar las artes marciales no relacionadas. Un buen amigo mío que es un conocido maestro de artes marciales (uno legítimo), me contó, una vez, esta historia. Una vez, mientras visitaba Japón, él decidió tomar unas clases en un arte de energía curativa en que él estaba interesado. En su primera clase, sin embargo, el maestro de ese arte anunció a los asistentes que él estaba muy contento de tener entre sus nuevos estudiantes al maestro "XXX" y siguió contándoles detalles de su historial y su fama. Mi amigo se sentía muy avergonzado y nunca volvió a las clases. Otro problema para aquellos que adoptan el título de maestro demasiado temprano es la reputación negativa que se crean. Usted puede engañar a los nuevos estudiantes (por lo menos algunos de ellos), pero no a los maestros legítimos que pueden conocerlo. Para abreviar, usted sabotea su reputación y pierde el respeto en la comunidad de artes marciales. Cuán diferente era Okinawa a principios del Siglo XIX antes de que el Karate se masificara. En ese momento muchos ahora famosos maestros del Karate buscaron aprender de otros para perfeccionar su arte. Esto era antes de los cinturones de colores, grados de cinturón negro, títulos adoptados o incluso de que los nombres de los estilos de Karate existieran. Por ejemplo maestros notables como Chojun Miyagi, Kenwa Mabuni, Kentsu Yabu, Chotoku Kyan, Chojo Oshiro y Chokki Motobu entrenaron y enseñaron juntos el Okinawa Tode (antiguo Karate). Para ellos la meta era aprender más sobre su arte, no hacer un negocio de él. Si usted es de verdad maestro de su arte, excelente. Pero si no lo es, no se engañe auto-proclamándose como tal, llenándose de títulos. Sea humilde, estudie continuamente, el estudio puede beneficiarlo por lo que se refiere a entender la profundidad de la técnica y la aplicación de su arte. También estudie la historia de su arte. Tómese un tiempo para perfeccionar el arte que práctica. Quizás entonces entenderá que ser maestro en el arte que practica no se obtiene sólo proclamarse como tal.
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